Mariana Lain

Tolstói (2015)

Exposición colectiva sobre la infidelidad en Tolstói comisariada por Eugenia Niño y Gemma de Suñer en Vuela Pluma Ediciones. Texto del catálogo de Marcos-Ricardo Barnatán.

Artistas:

Pat Andrea, Almudena Armenta, Carmen Calvo, Carlos García Alix, Damián Flores, Mariana Laín, J.A. Mañas, Cristina Ruiz Guiñazú, Andrea Santolaya, Iker Serrano, Brigitte Szenczi y Cristina Toledo.

RETRATO DE ANA KARENINA

Imagino que suena una música de Stravinsky, quizá Pájaro de fuego.

Imagino que suena una música de Stravinsky, quizá Pájaro de fuego, mientras fumo lentamente un oloroso Lusitania de Partagás.

Imagino que suena una música de Stravinsky, quizá Pájaro de fuego, mientras fumo lentamente un oloroso Lusitania de Partagás, una tarde luminosa de una ciudad sin nombre.

Imagino ese escenario de música y humo azul como el ideal para la lectura de Ana Karenina, una novela que escribió el conde Tolstoi pensando en una hija del poeta Pushkin.

Imagino ese escenario para la lectura de una novela que hoy celebramos junto a un grupo selecto de artistas inspirados.

La música de Stravinsky y el humo azul del Lusitania de Partagás, son los imaginarios acompañantes de un personaje de novela que puede ser evocado hoy como un ícono de la infidelidad.

Imagino un retrato de Ana Karenina como un icono ortodoxo ahumado por los cirios. La recuerdo por una mota de oro en la pupila, como el retrato de Teodora que imaginó Lawrence Durell en un poema.

Lo imagino como Durell. Inmerso en esos inestables deseos que conturban la carne. Una mota de oro en la pupila de un ojo.

Imagino el ojo del retrato con su mota de oro en la pupila. El acechante ojo que me persigue cuando suena una música de Stravinsky y el humo azul del Lusitania envuelve el rostro ortodoxo de Teodora. El rostro ortodoxo del icono de Karenina. Frente a frente.

Pero a la música la sigue el silencio. Y después el ruido sordo de un tren agazapado en la noche. Y un cuerpo pálido de mujer arrollado por una máquina ciega que no conoce el perdón.

MARCOS-RICARDO BARNATÁN